Cuando hablamos de plagas en frutos rojos, las primeras que se nos vienen a la mente son, quizás, araña roja, pulgón y, en los últimos años, drosophila suzukii. Sin embargo, aunque puedan parecer inofensivos por su aspecto adulto, los agricultores de berries no deberían perder de vista a los lepidópteros, llamados comúnmente mariposas. Sus larvas, conocidas como orugas, se alimentan de material vegetal y algunas especies provocan importantes daños en los cultivos. Es el caso de la heliotis (helicoverpa armígera), que además se come la propia fruta (frambuesa, fresa y mora).
Para combatir ésta y otras especies de orugas (plusia –autographa gamma–, gusano soldado –spodoptera exigua– o rosquilla negra –spodoptera littoralis–, entre otras), el equipo técnico de SP Soluciones Agrícolas recomienda el fitosanitario BT32. Este producto, cuyo principal activo es la bacteria bacillus thuringiensis, se comercializa en forma de cristal. Cuando el gusano se alimenta del cultivo donde se ha aplicado BT32, la bacteria germina dentro de su intestino y lo mata en un plazo de dos a cinco días, si bien el insecto deja de comer a las pocas horas de ingerir la toxina, por lo que dejan de producirse daños al cultivo.
Entre las ventajas de BT32 cabe destacar que es un producto totalmente inofensivo para la fauna auxiliar, así como que es compatible con técnicas de manejo integrado y ecológico.
Dado que BT32 es especialmente efectivo contra orugas jóvenes (estados larvarios L1 y L2), las trampas de monitorización semanales cobran relevancia. Una vez detectada la entrada de mariposas, es posible adelantarse a los posibles daños y actuar. La recomendación del equipo técnico de SP Soluciones Agrícolas es llevar a cabo dos tratamientos en siete días de 1 kg/ha. Cuando la plaga desaparezca, se debe parar.
Para asegurar la máxima efectividad de BT32, es importante ajustar el pH del agua, que debe ser ácido.
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